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El gran amor de Silverman
De Elio Menéndez

[ El gran amor de Silverman ]Cuenta el canadiense Robert Silverman que cuando en 1969 compró en Francia su primera bicicleta, descubrió un mundo hasta entonces desconocido para él, fascinación que lo compulsó a vender su auto.

Excelente amigo de Cuba, Silverman es un miembro activo del movimiento Ciclo Norte-Sur presidido por la señora Claire Morissette, quien visitara nuestro país en enero último. Este grupo promueve el uso de la bicicleta como medio alternativo de transportación, al tiempo que se pronuncia contra la contaminación ambiental y aboga por la necesidad de cuidar el planeta evitando un mayor calentamiento de la atmósfera.

Silverman, quien vino esta vez acompañado de su esposa Elisa, cita como principales ventajas para el ciclista el enriquecimiento de su salud física, mental y espiritual, más el poder apreciar bellezas que desde el interior de un auto le están vedadas.

En ocasión de su tercera visita a La Habana, en 1996, el entonces titular de la organización internacional El Mundo de la Bicicleta, conoció al licenciado Ignacio Yeyo Valladares, inspirador del club de cicloturismo Gran Caribe, y en contacto ambos con el presidente del Comité Olimpico Cubano, Manuel González Guerra, organizaron el tour Caribes al Sur, en saludo al Centenario de los JJ.OO. y primero con participación de cubanos y foráneos.

Poeta y ensayista, este carismático apasionado por la ecología tiene entre sus obras poéticas el título Sin carro. Ha pronunciado conferencias sobre las ventajas de la bici ante auditorios de Francia, Suecia, Suiza, Estados Unidos, Colombia, y en el Palacia de las Convenciones habanero.

En posterior viaje a nuestro país, en 1997, Robert realizó un reportaje de veinte minutos para la TV, relatívo al uso de la bicicletá en Cuba, el cual ha sido visto en diversos paises donde se habla la lengua francesa.


Vieja bicicleta...

Guiado por la consigna: "Vieja bicicleta, vida nueva", el movimiento Ciclo Norte-Sur ha hecho importantes donaciones de bicis a Cuba, con valor, cada una, entre 100 y 400 dólares.

La más reciente entrega, a fines del pasado año, se originó por intermedio del consulado cubano en Montreal. Consistió en un lote de 300 "máquinas" dirigidas a la Federación de Mujeres Cubanãs para su distribución, señala Silverman, en distintas comunidades.

A los ciclos se adjuntan componentes de los mismos, y en el municipio de La Habana Vieja comenzó el pasado lunes un curso para el adiestramiento de federadas en el ensamblaje y mejoramiento de tan valiosas donaciones. Este fue impartido por técnicos canadienses enviados por el movimiento, y tras previa coordinación con la Oficina del Historiador.

A punto de regresar a Canadá, este irreconciliable enemigo del ruido y el smog, conocido en otros lares como "el Quijote de la bicicleta", sentencia solidario que habrá nuevos envíos.


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Publicado in el periodico Juventud Rebelde, editión domingo 8 de abril de 2001, Ciudad de La Habana, Cuba.

Foto: Morejón.

De Elio Menéndez.


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